También llamada Síndone o Santo Sudario es, según una constante tradición y como parecen verificar los numerosísimos estudios que se han llevado a cabo sobre el tema, el lienzo o sábana de la cual nos hablan los evangelios: la sábana nueva y limpia en la cual José de Arimatea, con ayuda de Nicodemo, envolvió el cuerpo de Jesús tras su muerte en la cruz [Mt 27, 57ss; Mc 15, 42ss; Lc 23, 50ss; Lc 24, 12ss; Jn 19, 38ss; Jn 20, 5ss].
Es una gran pieza de lino de 4'41 m de largo y 1'13 m de ancho (después de la restauración del año 2002), amarillenta, raída, sucia, manchada de sangre y quemada. Actualmente se encuentra en la catedral de San Juan Bautista de Turín (Italia).
¿Cómo conocemos esto?
1. QUEMADURAS: Producidas por el calor irradiado de las aristas de metal en la urna que contenía la Síndone la noche del incendio en la capilla de Chambéry, el 3 de diciembre de 1532. Y los 16 triángulos de color blanquecino son los agujeros producidos en la carbonización total de una esquina: la urna había empezado a derretirse y una gota alcanzó el ángulo de aquel pliegue, pues la Síndone estaba plegada varias veces (estos agujeros estaban ocultos por unos remiendos, cosidos poco después del incendio, y que han sido eliminados tras la restauración de la Síndone en Junio de 2001). También esa gota produjo los cuatro agujeritos que se ven en ringlera transversalmente, con sus correspondientes rombos de chamuscamiento, en la mitad exacta del lienzo.
2. AGUA: Empleada para la extinción del incendio de 1532 y enfriamiento de la urna de plata que la contenía y que estaba empezando a derretirse. El agua empapó casi toda la Síndone excepto las zonas marcadas.
3. CUERPO ENTERO: Doble imagen de un cuerpo varonil ya cadáver, frontal y dorsal.
4. AZOTES: Son las huellas dejadas por la flagelación.
5. ESPINAS: Impresiones directas de la sangre ocasionada por un casco de espinas.
6. CLAVOS DE LAS MANOS: Sangre de la herida en la muñeca izquierda.
7. SANGRE: Reguerillo de sangre del antebrazo derecho e izquierdo, que proviene de la muñeca.
8. LANZADA: Sangre que ha brotado a dos tiempos de la herida del costado. La sangre provenía de la aurícula derecha y de la vena cava superior.
9. DESCENDIMIENTO: Sangre que brotó durante el descendimiento del cuerpo de la cruz.
10. CLAVOS DE LOS PIES: Sangre de las llagas de los pies traspasados por un solo clavo.
11. PATÍBULUM: El traslado del madero transversal por el reo ha magullado, aplastado y deformado lesiones anteriores.
12. RODILLAS: Contusiones en las rodillas.
¿Es Jesús?
Ahora tomemos en consideración las siete características más significativas comunes a Jesús de Nazaret (según el relato evangélico) y al hombre de la Síndone, y veamos cuántas son las probabilidades de que tales características se encuentren reunidas contemporáneamente sobre un mismo hombre que haya sufrido el suplicio de la crucifixión.
1. Tanto Jesús como el hombre de la Síndone han sido envueltos en un lienzo fúnebre tras la muerte por crucifixión. Es sabido que no muchos crucificados pueden haber tenido una sepultura en regla (era el suplicio más ingominioso reservado a los esclavos, bandidos, asesinos y continuaba después de la muerte en el desprecio al cadáver): una probabilidad sobre cien (1/100).
2. Tanto a Jesús como al hombre de la Síndone se le ha puesto en la cabeza un casco de espinas. Ningún documento histórico recuerda una costumbre como ésta. Limitamos esta lejanísima probabilidad a una sobre cinco mil (1/5000).
3. El patibulum ha gravado pesadamente las espaldas del hombre de la Síndone, como las de Jesús. Sólo a veces el condenado debía llevar el palo horizontal de la cruz hasta el lugar de ejecución: una probabilidad sobre dos (1/2).
4. La misma probabilidad (1/2) para cómo quedan fijadas las manos y los pies al madero de la cruz. Se podían fijar con clavos o mediante una más simple y rápida atadura con sogas.
5. El lienzo sindónico revela una herida en el costado derecho del hombre que ha envuelto. El evangelio de Juan (19, 33-34) narra que a Jesús "... no le quebraron las piernas, pero soldado le abrió el costado con su lanza, y al punto salió sangre y agua". Quizás una probabilidad sobre diez (1/10).
6. El hombre de la Síndone ha sido envuelto en un lienzo apenas bajado de la cruz, sin que se le realizara ninguna operación de lavado y unción del cadáver; lo mismo sucedió con Jesús, puesto que estaba por llegar la Pascua judía durante la cual no se podía realizar ningún trabajo manual: una probabilidad sobre veinte (1/20).
7. La Síndone lleva la impronta del cadáver de un hombre, pero no restos de descomposición. Por tanto, ha envuelto un cuerpo humano durante un período breve, y sin embargo suficiente para que se imprimiese una huella. Y el cadáver de Jesús descansó en el sepulcro durante poco más de 30 horas, desde la tarde del viernes hasta el amanecer del domingo. Es una coincidencia extraordinaria que autoriza a considerarla como una probabilidad sobre quinientas (1/500).
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