El
monoteísmo es la creencia en la existencia de un solo Dios. El término proviene de dos palabras griegas: μόνος
monos que significa "solo" y θέος
theos que significa "Dios".
Las religiones monoteístas más extendidas son, en orden estimado de seguidores, el cristianismo, islam, sijismo, judaísmo y zoroastrismo.
En el cristianismo
En el cristianismo existe una notable polémica debida a que el concepto de la Trinidad es siempre considerado por otros monoteístas, en general, como politeísmo encubierto, algo que los trinitarios niegan.
Según algunos, el Nuevo Testamento declara explícitamente el monoteísmo.
Dentro de los que se denominan cristianos, existen puntos de vista divergentes en cuanto a la naturaleza de la Deidad, que se han hecho presentes durante la historia. Sin embargo, existen tres principales corrientes de interpretación: el Trinitarismo, Unicidad de Dios y Unitarismo. Los creyentes de la Unicidad de Dios, al igual que el unitarismo, consideran que el trinitarismo debilita el monoteísmo estricto enseñado por la Biblia e insisten en que la Deidad no puede dividirse en personas y que Dios es absolutamente uno.
En el Islam
El monoteísmo en el Islam consiste, además de creer en un solo Dios, en adorarlo únicamente a Él. Para los musulmanes, los actos de adoración son todas aquellas palabras o acciones que complacen a Dios interna o externamente.
Entre los actos de adoración internos, está la sinceridad, esperanza, anhelo, temor, miedo, amor, confianza, ayuno, búsqueda de refugio, de protección, etc. Los externos son la oración, la peregrinación, el ayuno, la limosna y la profesión de fe.
En el judaísmo
El judaísmo fue la primera religión claramente monoteísta. El rasgo principal de la fe judía es la creencia en un único Dios soberano absoluto, justo, omnisciente, omnipotente, amoroso y providente, que habría creado el universo y elegido al pueblo judío para revelarle los preceptos contenidos en los Diez Mandamientos y las prescripciones rituales de los libros tercero y cuarto de la Torá. Consecuentemente, las normas derivadas de tales textos y de la tradición oral constituyen la guía de vida de los judíos, aunque la observancia de las mismas varía entre los diferentes grupos de practicantes.Una de las características del judaísmo, que lo diferencia de las otras religiones monoteístas, radica en que se considera no sólo como una religión, sino también como una tradición y una cultura.