La
donación de sangre es un procedimiento médico por el cual a una persona (un voluntario, no remunerado económicamente) se le realiza una extracción de sangre que luego se inyecta en otra persona (transfusión de sangre) o se utiliza para elaborar medicamentos (fraccionamiento). Dado que la sangre humana es una sustancia que a la fecha sigue sin poder sintetizarse, entonces es necesario extraerla de otra persona.
En muchos países, la donación de sangre es un sistema público organizado: Argentina, Bolivia, Costa Rica, Cuba, España, Guatemala, México, Nicaragua, Uruguay , Venezuela y Colombia. En estos países está prohibida la compra y la venta de sangre, que se considera un recurso público únicamente destinado a instituciones sanitarias para el tratamiento de pacientes y cuya donación es totalmente voluntaria. En países en los que no existe tal sistema, la donación es realizada por familiares, o se paga para encontrar un donante. Cabe destacar que se considera que una de las ventajas del donante voluntario es que en general representará un riesgo menor de estar contaminado. En otros países, más pobres, los donantes suelen donar sangre cuando la familia o los amigos necesitan una transfusión (donación dirigida). Muchos donantes donan como un acto de caridad, pero a algunos se les paga, y hay otros incentivos además del dinero como, por ejemplo, la obtención de un día libre en el trabajo. También es posible la extracción de sangre para que el propio donante la utilice en un futuro (donación autóloga; véase suero autólogo y autotransplante). La donación es relativamente segura, pero en algunos donantes se presentan moretones donde se inserta la aguja o pueden sentirse débiles.
Cuando la donación de sangre se introdujo en 1926, debido a la renuencia de los potenciales donantes de sangre, la Cruz Roja dio 400 francos belgas (10 euros) por medio litro de sangre. Si el donante fue llamado a emergencias, se añadieron 50 francos belgas (1,25 euros) por la donación. En comparación, los trabajadores ganaban aproximadamente 235 francos belgas mensuales, es decir, casi el doble de un sueldo. Gracias a ello, se logró que hubiera cerca de 8000 donantes de sangre en Bélgica.
Los donantes potenciales se evalúan para cualquier cosa que pueda hacer que su sangre no segura para su uso. El examen incluye pruebas para las enfermedades que pueden transmitirse por transfusiones de sangre, incluyendo VIH y hepatitis viral. El donante también debe responder a las preguntas acerca de historia clínica y tomar un corto examen físico para asegurarse de que la donación no es peligrosa para su salud. La frecuencia con que un donante puede dar varía desde días hasta meses sobre la base de las características de la donación y las leyes del país donde se lleva a cabo la donación. Por ejemplo, en los Estados Unidos, los donantes deben esperar ocho semanas (56 días) entre donaciones de sangre entera, pero solo tres días entre donaciones de plaquetas (plaquetoaféresis).
La cantidad de sangre extraída y los métodos pueden variar. La extracción puede realizarse manualmente o con un equipo automático que solo toma porciones específicas de la sangre. La mayoría de los componentes de la sangre usada para transfusiones tienen una corta vida útil, y mantener un suministro constante es un problema persistente.
La Organización Mundial de la Salud decidió en 1997 que impulsaría las donaciones de sangre voluntarias en todo el mundo.
El 14 de junio de cada año se ha convenido celebrar el Día Mundial del Donante de Sangre, como una manera de agradecer la donación desinteresada de sangre.